Al volver de las vacaciones nuestro rostro es otro. Se nota la tranquilidad que pudimos alcanzar en esos días de desconexión. Lo importante es lograr que ese relax y ese buen humor se prolonguen por al menos unos días. Sabemos que es difícil hacerlo cuando aparecen los pedidos de nuestros jefes en el trabajo, o cuando el desorden en casa supera toda la serenidad obtenida en el mar o en la montaña. Pero… ¡todo es posible!
Tratá de recordar los buenos momentos que pasaste y empezá a imaginarte cuáles pueden ser los planes para las próximas vacaciones. Eso siempre te da fuerzas para extender unos días más la calma estival.
Otro factor muy importante que ayuda a que tu rostro se vea espléndido, es el bronceado que obtuviste durante los días de sol (eso sí, ¡protección mediante!). Y si bien es imposible lograr que el bronceado dure para siempre, sí podés hacer que al menos, continúe por unas semanas. Para esto es súper importante usar una crema o emulsión hidratante facial y corporal, con vitaminas A y E que hagan que la piel se mantenga suave y elástica para evitar que se descame o reseque. Estas cremas, al mantener el equilibrio celular, mejoran el nivel de hidratación de la piel, dándole una apariencia saludable gracias a la acción equilibrada de sus componentes.
En conclusión, nuestra gran recomendación es: ¡que la “cara de vacaciones” te dure! Un poco por el bronceado en tu piel, y otro poco por tu tranquilidad. Es algo que te hace bien a vos, ¡y también a los demás!