Dentro de los cuidados de belleza que ya conocemos se encuentra el uso de cremas y emulsiones con vitamina A y E, porque conservan la hidratación y mantienen la piel del cuerpo suave y nutrida.
Lo ideal es complementar estos tratamientos diarios con una rutina de actividad física, ya que le devuelve a tu piel la elasticidad que ésta necesita.
De todas formas tené en cuenta que la actividad física debe ser acorde a la edad y el sexo, y además debe ser supervisada por un profesional para evitar dañar tu organismo.
Dentro de las actividades físicas más frecuentes para tu edad se destacan el running, la natación, el yoga, el pilates, o cualquier tipo de actividad aeróbica. Estas últimas son las que más trabajo ejercen sobre la piel, ya que provocan un aumento de la circulación sanguínea en todos los músculos del cuerpo, favoreciendo así la eliminación de toxinas y la renovación de las células. Además, hacen que el cuerpo transpire, los poros se abran y en consecuencia se hidrate la piel.
Ahora bien, es importante que tengas en cuenta algunas cosas:
- La piel necesita respirar, por eso debés asegurarte de no estar demasiado abrigada al momento de desarrollar tu actividad, así permitís que el proceso de eliminación de toxinas se dé naturalmente.
- La hidratación se convierte un factor fundamental a la hora de realizar una actividad física. La transpiración hace que se eliminen los líquidos corporales y por eso es de vital importancia la re-incorporación de los mismos (para esto, las bebidas con sodio son las más efectivas).
- Si la actividad física que realizás es al aire libre, recordá siempre utilizar protector solar, aún cuando los días están nublados. Si en cambio tu actividad favorita es la natación, asegurate de aplicar una crema hidratante luego del baño para evitar los efectos dañinos del cloro.
Si ya sabías que hacer actividad física era bueno para la salud, ahora sabés que también lo es para tu piel.
