En contra de todos los pronósticos, el invierno puede ocasionar incluso más desarreglos en nuestra piel que el verano. La razón es que los bruscos cambios de temperatura (calefacción en los ambientes cerrados y el contraste con el frío de la calle), además del viento y la humedad, hacen que la piel se reseque y se deshidrate. Por eso es recomendable humectar la piel con mayor frecuencia que en otras épocas del año.
Es importante que tengas ciertos cuidados, especialmente para proteger la piel de tu rostro que es la que más expuesta se encuentra:
- Tomá abundante líquido para mantener tu cutis hidratado.
- Evitá bañarte con agua muy caliente.
- Tratá de usar leche o gel de limpieza hipoalergénicos a la hora de limpiar tu rostro.
- Usá productos demaquillantes para evitar futuras impurezas en la piel.
- Nutrí tu piel con una crema o emulsión hidratante facial.
- Usá protección solar todos los días, incluso en los días nublados.
- Por último, si tu piel es seca dale aun más importancia a este tipo de cuidados.
Recordá siempre estos consejos para que en invierno tengas un cutis alejado de la tirantez, la resequedad, y las irritaciones.
Sabemos que quien más conoce tu piel es el médico, por eso dermaglós te recomienda visitarlo ante cualquier duda.