¡REALIDAD!
Si bien los bebés que tienen 6 meses o más deben ser protegidos con un filtro solar especialmente formulado para dicha etapa, no debemos olvidar que los menores de un año no deben ser expuestos directamente al sol y que debemos tener especial cuidado con ellos. Un fenómeno a tener en cuenta es el de la radiación reflejada, por el cual los niños, a pesar de encontrarse en la sombra, están expuestos a los rayos UV y sus efectos nocivos.
Las defensas de los menores se encuentran aún inmaduras, su piel es mucho más delgada y por este motivo es indispensable que los protejamos, ya que su sistema inmune no está preparado para hacerlo por su cuenta: tienen poca capacidad de generar melanina y les cuesta regular la temperatura del cuerpo, ambas funciones indispensables para defenderse de la radiación.
No olvides que las exposiciones solares recibidas durante la infancia representan casi el 80% de la radiación absorbida a lo largo de nuestra vida y que la salud de la piel dependerá en gran parte de los cuidados que reciba en esta etapa clave de su vida.