Muchas mujeres se quejan de tener un rostro oleoso y de no saber cómo afrontar la rutina de limpieza para que este problema no se vea exacerbado.
Los productos de limpieza facial deben ser específicos para cada tipo de piel y responder a la necesidad de cada mujer en particular. Por eso es tan importante que conozcas tu tipo de piel y uses los productos adecuados. Si no estás segura de saber cuál es tu tipo de piel, podés consultarlo aquí.
La piel grasa es consecuencia de una sobre-producción de sebo en la piel que le da ese aspecto brilloso que la caracteriza y que cuando obstruye los poros genera barritos y puntos negros.
Paradójicamente, el sebo de nuestra cara nos protege contra las agresiones del entorno, por lo cual si bien la limpieza es necesaria e imprescindible no hay que abusar de la misma.
Además, si retiramos la grasa con demasiada asiduidad, nuestras glándulas podrían recibir información errónea y producir mayor cantidad de la misma... ¡y eso es todo lo contrario de lo que queremos lograr!
¿Y si tengo piel mixta?
A veces nuestro cutis no es graso pero tenemos ciertas zonas que sí, como el centro de nuestra cara. Cuando solo tenemos piel grasa en la famosa zona T (frente, nariz y mentón), estamos en presencia de un cutis mixto, y es muy importante tener en cuenta que dichas zonas deben ser higienizadas y tratadas como la del cutis graso.
Entonces, ¿cómo eliminamos ese brillo indeseado de nuestra cara?
La limpieza diaria es la respuesta. Podés realizarla al despertarte para retirar restos de sudor y sebo acumulados por la noche y antes de irte a dormir para eliminar maquillaje y residuos que se hayan depositado a lo largo del día. Eso es más que suficiente. De esta forma permitirás que la piel se oxigene debidamente sin perder parte del sebo necesario e indispensable para defenderte de los distintos agentes externos.
Muchas veces las mujeres provocan el efecto contrario al deseado, al utilizar productos que nos son los adecuados como las leches de limpieza o las lociones con alcohol. Dichos productos terminan engrasando aún más el rostro, porque las pieles grasas y mixtas necesitan un tratamiento específico para eliminar ese efecto oleoso.
Por eso, te recomendamos adoptar el Gel de Limpieza Purificante Dermaglós, que gracias a su fórmula limpia en profundidad, elimina impurezas y controla el exceso de grasitud.
Aplicalo sobre tu mano previamente humedecida y distribuilo con movimientos circulares en tu rostro, evitando el área de los ojos. Luego enjuagalo con abundante agua tibia para finalizar esta sencilla rutina de limpieza.
Sabemos lo molesto que puede resultar tener el cutis brilloso y con exceso de grasitud y lo frustrante que puede resultar no saber cómo tratar este problema. Por eso no hay nada más importante que conocer qué tipo de piel tenemos y elegir un tratamiento que se adecúe a nuestras necesidades. ¡Hacé la prueba!
