Mandatos sociales que nos imponen ser delgadas, no tener canas, usar ropa a la moda y estar impecables. Llevar a los chicos al colegio, ir a la pelu, después el gym y de ahí a la sesión de depilación definitiva. Mirás el reloj y todavía no son ni las 11 pero ya querés meterte en la cama. La vida moderna, las presiones sociales y el rol activo de la mujer en los diferentes ámbitos han colocado a la figura femenina en un lugar de preponderancia muy ansiado pero cargado de presiones que puede hacernos mal. Muchas veces, estas imposiciones sociales pueden llevarnos a dietas ridículas, procedimientos innecesarios o tratamientos invasivos. Pero, ¿cuál es el límite? Creemos que debería ser la salud, y allí incluimos el estrés que una vida tan exigente puede ocasionar. Estar muy pendientes de nuestro aspecto y nuestro físico puede llevarnos a descuidar el costado emocional.
Un espacio para nosotras
Dedicar un tiempo para conectarnos con nosotras mismas puede resultar muy beneficioso para bajar un cambio y reducir el estrés al que estamos sometidas. Te invitamos a leer algunas de las opciones que te proponemos para relajarte.
- Buscá una actividad que te guste: puede ser baile, cerámica, un club de lectura o yoga, todo vale. La idea es que busques algo que te dé placer y te conecte con tus emociones. Procurá cuidar ese espacio como oro, no vale cancelarlo por nada.
- Practicá un deporte: al hacerlo liberamos endorfinas y eso nos hace sentir plenas y felices. Hacer deporte de forma periódica es fundamental para mantenernos saludables, ya que favorece la circulación, ayuda a quemar grasas y es imprescindible para tonificar los músculos. Además, ayuda a reducir el estrés y a alimentar nuestra autoestima. No hace falta que te conviertas en una maratonista de la noche a la mañana, con tomar una caminata y disfrutar del momento alcanza y sobra, sin presiones ni objetivos ridículos.
- Optá por una alimentación saludable: intentá tener una alimentción consciente y balanceada, procurando reducir las harinas y optar en cambio por verduras de estación y comidas reducidas en grasas. Incluir fruta en tu desayuno puede ser un buen punto de partida para hacer cambios en tu alimentación. También es importante que recuerdes hacer las cuatro comidas y no saltear ninguna de ellas. Si creés que tenés que bajar de peso, consultá con un especialista que te ayude a organizar y controle periódicamente.
- Respirá: practicar ejercicios de respiración puede resultar muy útil para desconectarte de todo por un rato. Hay algunos que duran tan solo unos minutos y que nos proponen ejercicios puntuales para liberar tensiones.
- Adoptá una rutina de belleza: dedicarle diariamente un momento a tu piel y hacerte un mimo no solo es fundamental para la salud si no que es muy gratificante. Procurá tener objetivos alcanzables, intentar tener a los 40 la piel de los 20 es un objetivo irreal y peligroso. En cambio, te invitamos a que trabajes diariamente en construir una piel saludable que acompañe las transformaciones que vamos teniendo a lo largo de la vida. No olvides que es imprescindible limpiar la piel al levantarte y al ir a dormir, así como hidratar y nutrir con productos que estén especialmente formulados para tus necesidades. Podés consultar nuestra línea de cuidado facial aquí.
Dejá de lado las presiones propias y ajenas y elegí escuchar a tu cuerpo con sabiduría. Buscar el equilibrio para disfrutar lo mejor de cada etapa sin perdernos de nada es la clave. No olvides la belleza de lo simple, lo fantástico de lo real, la magia de lo auténtico. Que la naturaleza es perfecta y que no hay arma de belleza más efectiva que cuidar y resaltar aquello que nos hace únicos.
