Florencia está esperando el colectivo con su bebé en brazos y observa a un grupo de veinteañeras frescas y bellas que se pasean despreocupadas. El pelo suelto sobre la cara, cuerpos firmes, mejillas rosadas. Labios carnosos, miradas brillantes y sonrisas perfectas. Se pasean frente a ella totalmente ajenas al paso del tiempo, eternas. No saben que los años están allí corriendo inexorablemente, eso no les va a suceder. Pero eso no es lo único que ellas desconocen. Tuvieron un novio que las hizo suspirar, pero no saben de ese amor que te deja sin aire. Son un grupo enorme de amigas, pero no saben con exactitud lo que siente cada una de ellas. Pasan la noche en vela riéndose, pero todavía no imaginan lo que van a soñar despiertas.
Al otro lado de la calle está Adriana observando a Florencia. Adriana añora aquellos días en los cuales todavía cargaba su bebé y acariciaba su suave piel. Se acuerda de las primeras vacaciones con sus hijos en la playa y los actos del colegio. Florencia sonríe mientras besa la frente de su bebé, sin imaginar el orgullo que le dará cuando lleve su primer diez en el boletín y el miedo infinito que sentirá cuando empiece a salir de noche. Tampoco sospecha cuánto disfrutará cuando tenga más tiempo para ella ni los nuevos proyectos que la esperan.
Lo que ninguna sabe es que cada etapa tiene sus brillos y encantos, y que cada una es única e irrepetible y que justamente esa es la magia de la vida. La frescura de los veinte, el encanto de los treinta, la plenitud de los cuarenta, la seguridad de los cincuenta... ¿por qué no sacar el máximo provecho de cada una de ellas? ¿Por qué no intentar hacer de cada momento el mejor?
En Dermaglós estamos seguros de que cada mujer es bella, y que se puede brillar en todas las etapas, sacando lo mejor de cada una. Pero para ello, es hora de que empieces a pensar en positivo y que le restes preocupación al paso del tiempo. Que empieces a pensar en cada año como un tesoro ganado, una nueva oportunidad para tomar desafíos. Creemos que para verte bien por fuera te tenés que amigar con lo que pasa por dentro, y para eso es fundamental que estés orgullosa del tiempo vivido y los momentos atesorados.
Mirá qué linda está Florencia, cómo se le ilumina la cara cuando le sonríe a su bebé. Adriana está resplandeciente con el proyecto que tiene entre manos, le sientan bien los desafíos. Y vos, ¿ya decidiste por qué vas a brillar?
