¡REALIDAD!
Cuando estamos bajo presiones, tensionados o nos sentimos amenazados nuestro sistema nervioso se pone en alerta y el cuerpo produce adrenalina y cortisol. La adrenalina acelera nuestro ritmo cardíaco, produce contracción de los vasos sanguíneos y dilata las vías respiratorias. El cortisol libera glucosa en la sangre, haciendo que nuestro organismo actúe con rapidez ante diferentes situaciones. Sin embargo, el estrés cotidiano pone en marcha todo este mecanismo ante situaciones que no requieren de una respuesta inmediata y esto trae algunos perjuicios.
Los altos niveles de cortisol pueden incrementar la producción de sebo en nuestro organismo favoreciendo la aparición de acné.
Estos cambios hormonales producidos por la adrenalina y el cortisol también pueden producir dermatitis y sarpullidos, entre otras enfermedades frecuentes de la piel.
Por eso es muy importante manejar los niveles de estrés y procurar relajar nuestro cuerpo; tu piel también lo agradecerá.